Acariciar a los perros tienen beneficios para el cerebro de las personas
Un equipo de investigadores ha descubierto que ver, sentir y tocar perros conduce a niveles de actividad cada vez mayores en el córtex prefrontal del cerebro. Es decir, interactuar con los perros activa el cerebro social.
La compañía que proporcionan los perros es innegable. Su sola presencia ayuda a combatir la soledad y hace más soportables las situaciones adversas. Un perro de apoyo emocional puede ayudar a superar problemas emocionales o psicológicos.
El perro de apoyo emocional acompaña a la persona a todas partes, para hacerle sentir mejor antes sus dificultades emocionales o psicológicas.
No requieren ningún entrenamiento específico, sino que solo deben acompañar a sus dueños para ayudarles a nivel emocional con su simple presencia.
Este aspecto los diferencia de los perros de asistencia, entrenados para ayudar a personas con algún trastorno o discapacidad, como los perros de respuesta médica, que detectan ataques de epilepsia o bajadas de azúcar, los perros lazarillo o los perros de señalización de sonidos, para personas sordas, por ejemplo.
El perro de apoyo emocional se utiliza sobre todo en casos de trastornos de pánico, ansiedad, fobia social, estrés postraumático y depresión. Por lo tanto, al ser necesario para la salud mental de la persona a la que acompaña, el perro de apoyo emocional se considera como tal cuando lo ha “prescrito” un profesional de la salud mental.
Para emitir este certificado se evalúa la situación de la persona y si su perro, en este caso, es imprescindible para su bienestar emocional y psicológico. Si este es el caso, se obtendrá el certificado de animal de apoyo emocional, que será necesario para acceder con el perro a lugares a los que habitualmente no se puede acceder, como el transporte público y privado (especialmente el avión).