La madurez de tu gata

La madurez de tu gata

Como con todo animal de compañía deberás estar muy atento a la llegada de la pubertad de tu gata, sobre todo cuando manifiesta su primer celo: si no la cuidas, podría cruzarse con cualquier animal y traer camadas de gatitos no planificadas.

Ahora que en nuestro país el abandono de animales es un problema grave, donde la mayoría de mascotas abandonadas provienen, precisamente, de camadas no deseadas.

Por eso, salvo tengas motivos muy especiales para reproducir a tus gatos, recomiendo que pienses en la esterilización, la cual además trae beneficios médicos para tu gata.

Sin embargo, si después de meditarlo, quieres aún «cruzar a tu gata» debes saber cómo es su ciclo sexual y reproductivo.

LA SEXUALIDAD DE LA GATA
La gata es una de las especies domésticas más inclinadas a la sexualidad. Si no estás dispuesto a que tu gata tenga camada no descartes esterilizarla, de ese modo te evitará molestias y será beneficioso para ella, que ya no quedará expuesta a contraer enfermedades graves (por ejemplo: la leucemia felina) debido a la saliva o las mordeduras en peleas con otros gatos al momento del cortejo.

La pubertad se presenta entre los seis y nueve meses, pero varía según el peso corporal, las horas de luz (las gatas entran a la pubertad en los meses donde hay más luz, principalmente en primavera y verano) o la raza (las de pelo corto son más precoces y pueden comenzarla a los cuatro meses, las de pelo largo pueden tardar hasta los diecisiete meses).
Cada gata tiene su propio ciclo; sin embargo, si varias viven cerca, pueden sincronizar el celo.

Las gatas son capaces de concebir desde los seis meses de edad; lo conveniente, sin embargo, es esperar a que tengan las condiciones óptimas para su reproducción (aproximadamente al año y medio, cuando adquieren el peso y desarrollo ideales). De igual manera, el macho entra a la pubertad entre los ocho y los doce meses, pero es mejor esperar hasta los catorce para cruzarlo.

El ciclo de la gata es muy distinto del de la perra. La gata es una hembra «poliéstrica estacional»; es decir, presenta varios celos en su estación reproductiva.

A diferencia de la perra, que presenta un celo separado del siguiente con un descanso de seis meses, la gata, mientras dura la estación de actividad sexual (unos seis o siete meses), tiene una sucesión ininterrumpida de celos. Cada celo dura cerca de siete días y puede repetirse cada diez o quince días si no ha sido preñada.

FASES DEL CELO DE LA GATA
Los primeros dos días de celo son conocidos como «etapa del cortejo» (proestro): la gata acepta mimos, pero no la monta. Posteriormente, y por siete días (con rango entre tres y catorce días), se presenta la etapa de aceptación al macho (estro). Los signos entre el proestro y el estro son similares, pero más intensos en el segundo.

La gata presenta algunos cambios en su comportamiento durante el celo, entre ellos:

Es más mimosa. - Se vuelve más cariñosa de lo normal y adopta las posturas y giros característicos. Va a frotarse contra ti y buscará tus caricias y contacto. Los frotamientos se producen, sobre todo, con la cara y el cuello, y los realiza para marcar su entorno con unas glándulas cutáneas.

Está más activa. - Aumenta su ritmo de actividad.

Rueda por el suelo. - La verás tumbarse panza arriba, revolcarse y girar por el suelo o la alfombra.

Maúlla más alto. - Este es uno de los comportamientos más molestos. Tu gata maullará en un tono muy alto, con maullidos cortos para llamar a los machos que estuvieran cerca; lo hará más en el atardecer y por la noche.

Lame sus genitales. - Durante el celo, sus órganos sexuales están más inflamados de lo normal. Aunque suele ser imperceptible a simple vista, la gata se lamerá esas zonas con mayor frecuencia.

Orina fuera de la caja de arena. - La orina de una gata en celo está cargada de mensajes olfativos y químicos, entre ellos de feromonas. Orinar fuera de la caja es una manera de marcar la casa y esparcir las señales químicas que los gatos macho saben detectar.

Puede perder el apetito. - Algunas gatas (no todas) tienden a comer menos cuando están en celo.

Posición de monta. - Cuando la acaricies, tu gata adoptará una posición similar a la de la monta; es decir, bajará la cabeza y ladeará la cola.

Una vez que la gata es cruzada, se produce la ovulación, la cual es inducida por la monta (al igual que en los conejos), Asimismo, el celo desaparece a las veinticuatro horas, de manera repentina; mientras que el óvulo es fecundado a las cuarenta y ocho horas. Terminado este periodo, la gata se vuelve muy agresiva con los machos que intentan seducirla.

Si la gata no es cruzada, el celo se repite cada diez días (rango entre tres y catorce días) hasta que quede preñada. En el caso de que haya ovulado, pero que no haya preñado, puede ingresar a una etapa de falsa preñez, al igual que las perras. Este estado dura, aproximadamente, entre un mes y un mes y medio. Lo normal es que se requieran varias montas para que se produzca la fecundación.

Ojo, en los gatos, el apareamiento es muy agresivo: el macho muerde el cuello de la hembra durante el acto y, debido a las espículas (espinas) que posee el pene del gato, la gata lo ataca al retirarlo después de la eyaculación. Durante la primavera y el verano, concluida la falsa preñez, esta entra nuevamente en celo, pero en otoño e invierno mantiene periodos de inactividad por cuarenta y cinco a noventa días.

A diferencia de la perra, la gata no presenta enrojecimiento ni aumento de la vulva, así como tampoco hemorragias, sin embargo, es fácil distinguir cuándo está en celo por su comportamiento.

LA PREÑEZ DE TU GATA
En la gata la gestación dura un promedio de sesenta y cinco días (intervalo de sesenta y cuatro-sesenta y nueve). Las camadas son de uno a cinco cachorros: a mayor número de gatitos, menos tarda la gestación. Durante las primeras semanas solo se observa un ligero aumento de peso.

Hacia el día treinta y cinco del embarazo los pezones se preparan para la lactancia, se tornan más rosados y aumentan su tamaño; en los días cercanos al parto, comienzan a emanar leche.


El diagnóstico de gestación puede realizarse por palpación a los veintiún días y desde los días 22 al 30 con ecografía. Al igual que con las perras, la radiografía permite visualizar los esqueletos fetales para determinar la cantidad de cachorros: en la gata, es a partir del día 43 luego del cruce.

Entre la cuarta y quinta semana, la hembra felina padece las náuseas características de su estado. En torno al día 50 de gestación, verás que su vientre ya muestra con claridad su estado; los movimientos y patadas de sus cachorros se perciben, asimismo, con mayor intensidad.

Sobre los cuidados que requiere tu gata, ten en cuenta los siguientes consejos:

Alimentación. - Tu gata requiere un aporte adicional de energía, proteínas y calcio. Las gatas tienen dificultad para producir leche durante el periodo de lactación de sus crías y necesitan aumentar la cantidad de su grasa corporal para tener una reserva con la cual alimentarlos.

Debes alimentar a tu gata preñada y lactante con alimento para cachorros de gato, que le brinda mayores niveles de proteínas, energía y nutrientes. Hasta la sexta semana, tu gata puede comer su ración diaria habitual; después de este momento y hasta la séptima semana, divide la ración en dos y, a partir de la séptima hasta el parto, en tres porciones (mañana, tarde y noche).

Comerá lo mismo, pero poco a poco, para así alimentarse de forma adecuada.

Es posible que el apetito de tu gata preñada aumente mientras los cachorros se desarrollan en su útero; sin embargo, al final de la gestación, cuando la cavidad estomacal esté presionada y limitada por el espacio que ocupan las crías en el útero, su apetito disminuirá; es más, dos días antes de parir, ni mirará su plato. 

Desparasita a tu gata antes de que quede preñada y una semana antes del parto.

Recuerda que la gestación no convierte a tu gata en una lisiada, sigue jugando con ella como siempre, solo ten cuidado de no hacer movimientos bruscos que la pongan el riesgo. Restringe al máximo la salida de casa para evitar accidentes o que salga a parir en la calle.

Sigueme en Twitter

Liga Mascotera Veterinario Literalmente en Casa

INSCRIBETE PARA RECIBIR INFORMACIÓN

Usamos cookies y tecnologías similares para conocer el uso que hace de nuestro sitio web y para crear experiencias más valiosas para usted. Para obtener más información, consulte nuestra Política de cookies.