Lamentablemente más del 50 porciento de los animales afectados van a morir

Lamentablemente más del 50 porciento de los animales afectados van a morir

Muchas personas acudieron a rescatar a los animales que sobrevivieron al derrame de petróleo ocurrido en el mar de Ventanilla, en la costa central de Perú, cuando el Buque Tanque Mare Doricum, de bandera Italiana, realizaba operaciones de descarga de crudo en la Refinería La Pampilla, de la empresa Repsol.

Principalmente aves, pero también mamíferos cubiertos de petróleo, aparecían exhaustos y desorientados en las playas hasta donde continuaban llegando los miles de galones de petróleo que se derramaron el 15 de enero en el mar peruano. Y ante este desastre ecológico hubo quienes decidieron rescatar a los animales, atenderlos y bañarlos para quitarles el crudo de encima. Pero no siempre esta primera atención puede ser la más adecuada.
Lamentablemente en el Perú no existe ningún centro de rescate marino en caso ocurra algún desastre ecológico como el ocasionado recientemente por Repsol.

Entre las especies más afectadas se encuentran las calificadas en peligro de extinción por la legislación peruana, como el pingüino de Humboldt o la nutria marina.

Según ProDelphinus Los efectos del petróleo en un animal marino son la irritación en sus mucosas, la pérdida de su capacidad para regular su temperatura corporal o la muerte.

En el Perú no existe un protocolo para rescatar y rehabilitar a nuestra fauna marina. La consecuencia más devastadora es que solo sobrevivirá el 50% de los animales afectados por el crudo.

Pilar Ayala, bióloga de la Administración Técnica Forestal y de Fauna Silvestre del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) explica que la cifra de un 50% es una estimación muy probable porque no todos los animales reaccionan bien al tratamiento que se les da. “Va a depender del estado en el que se encontraba el animal antes del derrame. Normalmente, el pronóstico es reservado”, dice la especialista.

Repsol hasta el momento ha hecho la vista gorda con esta situación y no se ha hecho responsable de los animales afectados. La empresa debería actuar no solo para el rescate de los animales sino para la remediación de todo el mar que incluye a la fauna silvestre, no solamente aves, sino también invertebrados marinos que están siendo afectados.

En el Parque de las Leyendas se ha implementado un ambiente a donde se trasladan las especies que han sido rescatadas y sean estabilizadas, bañadas con un detergente especial y alimentadas hasta su recuperación. Aunque este espacio podría ser insuficiente mientras haya más rescates.
A esto hay que sumarle el espacio propio que deberá tener cada especie una vez se hayan recuperado, pues no podrán volver aun hábitat contaminado y que tardará años en recuperarse.

Para un país con un mar tan rico biológicamente hablando deberían existir al menos tres centros de rescate de fauna marina en la costa del país. “Si tuviésemos centros de rescate, no estaríamos tratando de crear de la nada una zona de baños, de triaje, de estabilización. Simplemente se realiza el acopio y de ahí van al centro de rescate con las instalaciones adecuadas para esta situación. Pero nunca ha habido esa iniciativa”, nos dice el médico veterinario Carlos Calvo.

Si bien se lleva un registro de los animales rescatados, que suman 51 según el SERFOR, no se ha cuantificado hasta el momento la cantidad de animales encontrados muertos.

El rescate se hace de manera lenta, debido a las muchas limitaciones que tienen organismos como SERFOR y si bien es cierto han acudido voluntarios con muchas ganas de ayudar estos desconocen el protocolo para limpiar el petróleo de los animales que rescaten y en muchos casos podrían agravar su estado.

“Hay mucha iniciativa ciudadana, algunas más organizadas que otras, pero lo primordial es la seguridad de las personas, porque no se debe poner en riesgo la propia salud. Por eso estamos organizando capacitaciones a algunos grupos para explicar todo este proceso y los riesgos que implica. Hay grupos que se están organizando y consiguiendo la bioseguridad necesaria para el rescate, y coordinando con SERFOR”, nos relata Calvo.

Las precauciones mínimas que debe tener una persona para acercarse a un animal en estas situaciones son: Cubrirse todo el cuerpo con ropa impermeable. Cubrirse manos, ojos y cara, y usar mascarilla KN95, un respirador para los gases tóxicos. Usar por lo menos dos pares de guantes, uno de nitrilo y otro de cocina, así como botas de jebe, casco y gafas de protección.

Los días siguen corriendo y ya son casi dos semanas dese que se inició está emergencia. Todavía se tiene que evaluar qué consecuencias va a tener este derrame, porque el petróleo ya está en el ambiente y los animales que no han sido “empetrolados” podrían seguir consumiendo invertebrados contaminados.

Fuentes:
Mongabay
Gestión

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