El riñón de un gato es como ese amigo silencioso que nunca pide nada, pero que un día, cuando cae, todo cambia.
- Pancho Cavero
- 2 jun
- 2 Min. de lectura

Carlota, mi gata negra, era así.
Misteriosa, independiente, no decía nada... pero yo aprendí que el cuerpo de los gatos tampoco grita, susurra.
Y si no sabes escucharlo, te das cuenta cuando ya es tarde.
Un día dejó de comer.
Después, orinaba fuera de la caja.
Yo lo sabía. Lo sentía. No era conducta, era algo más profundo.
Era renal.
Y ahí fue donde todo cambió:
Empecé a cocinarle con más alimento húmedo, dejé de lado lo seco y frío.
Probé con caldos tibios, con agua mezclada con un toque de churu, con fuentes que hacen que el agua se mueva…
Porque sí: el agua para un gato no es cualquier agua.
Si está sucia, si está quieta, si huele raro... no la toman.
Y sin agua, el riñón se apaga.
Pero hubo algo más.
Un suplemento que desarrolle para perros y gatos hace años y que siempre recomiendo cuando veo un gato como Carlota.
Se llama PetUrol.
Tiene chancapiedra, esa planta milagrosa que ayuda a los riñones y al tracto urinario.
Pero además… tiene algo que me sorprendió:
les da sed.
Sí, les da más ganas de tomar agua.
A Carlota le cambió la vida.
Y a mí, me enseñó algo que nunca olvidé:
👉 los gatos no te dicen “me duele”,
👉 no te piden agua,
👉 no te dicen “estoy deshidratado”.
Tú tienes que saberlo.
Tienes que adelantarte.
Porque los riñones son como ese motor escondido: no lo ves, pero si se apaga, todo se apaga.
Y si puedo contarte esto hoy, es porque Carlota me enseñó a escuchar en silencio.
Muy pronto, todo cambiará.
PetExperts será mi único mundo.
Y ya no atenderemos solo perros y gatos…
Cuidaremos vínculos.
Estén atentos.
Comments