top of page

La champions 2025 de ayer no fue solo fútbol.

Fue algo más.

Más profundo.

Más humano.

Todos queríamos que gane el PSG.

Pero no por el PSG.

Queríamos que gane él.

Luis Enrique.

Y que gane ella.

Xana.

Porque a veces el universo acomoda las piezas para que una historia tenga su momento.

Un cierre.

Un suspiro que se convierte en abrazo.

Después de todo lo que vivió, verlo ahí, firme, sereno, con esa mirada que lo dice todo sin decir nada…

Había algo distinto en el aire.

No era un técnico más.

No era una final más.

Era su final.

Y ella estaba ahí.

No se veía.

Pero se sentía.

En cada pase, en cada respiro, en cada lágrima que aguantó hasta el último minuto.

Xana volvió.

Y ganó.

Cuando has perdido a alguien que amás con todo lo que sos, lo entendés.

Lo sabés.

No necesitás pruebas.

Porque hay momentos donde esa ausencia se vuelve presencia.

Y es tan fuerte…

Tan real…

Que no te queda otra que agradecer.

Me pasa seguido.

Cuando algo inexplicable sale bien.

Cuando el corazón se aprieta sin razón.

Cuando siento que no estoy solo, aunque no haya nadie al lado.

Ellos están.

En las buenas y en las malas.

Y anoche, ella también estuvo.

Gracias, Luis Enrique.

Gracias, fútbol.

Y gracias, Xana.

Por recordarnos que el amor no se va.

Solo cambia de forma.

Y cuando más lo necesitamos…

Vuelve.

コメント


  • Facebook
  • X
  • Instagram
  • TikTok
bottom of page