Todos tenemos un super poder: El mío es ser veterinario

Todos tenemos un super poder: El mío es ser veterinario

A lo largo de la vida uno se encuentra con diferentes oportunidades y el ser Médico Veterinario me ayudo a tomar decisiones para aprovecharlas en su momento.
Muchos no se dan cuenta, pero todos tenemos superpoderes. El mío es ser Médico Veterinario. Gracias a ello tengo el poder de salvar vidas.
La muerte de mi hermano me motivo a seguir adelante e iniciar un movimiento como “Los Animales me Importan”, que en cada caminata llevaba miles de personas que nos apoyaba.

Ahora Veo niños que conocí al inicio de esta movida, hace más de 15 años, ahora mayores de edad, con los mismos ideales que tengo y siento que todo valió la pena, que mi mensaje está llegando.
Ese super poder me llevó a la televisión y a través de diversos programas en casi todos los canales, pude comunicar que el Médico Veterinario es un profesional importante para la sociedad y que se pueden hacer muchas cosas desde esa posición. Así como brindar el mensaje de amor y cuidado hacia los animales.
También escribí dos libros y cada vez me asombro más de mi super poder.
Me la creí.
Créansela ustedes también.

Muchos no lo saben, pero los veterinarios estamos involucrados en casi todos los aspectos de la vida, no sólo curamos perros y gatos, vigilamos lo que comemos y eso está relacionado con la salud pública.
Sin embargo, nuestra profesión no está valorada en su verdadera dimensión, tanto por la gente que hace uso de nuestros servicios, así como por el Estado, quien no brinda la legislación adecuada para reconocer nuestra participación en los diferentes procesos de la salud pública en las que participamos.
Nosotros podemos hacer muchísimo más por la sociedad en su conjunto, pero tenemos muchas limitaciones.
La experiencia ganada durante mi juventud me enseñó que somos muy importantes para la humanidad y que debemos aplicar el concepto de “Una Salud”, donde el ser humano, el medio ambiente y los seres humanos estamos interrelacionados, no puede existir una sin otra.
Y mi vocación me siguió dando oportunidades que conseguí a base de esfuerzo. Fabriqué la primera silla de ruedas para perros y también quería difundir que en el Perú estábamos haciendo grandes cosas como la cirugía de columna.
Pero la fama me llegó a través de la difusión de la silla de ruedas, que empezó a conectarme con la cámara y me di cuenta que los sueños pueden cambiar.
Luego del terremoto de Pisco comenzó a llegar mucha ayuda a esa zona y yo también quería ayudar. Durante esas campañas me di cuenta que las mascotas eran las grandes olvidadas, pues muchas estaban lastimadas y estresadas por el desastre vivido.
Así que, fui para allá con un equipo y comencé a ayudar a todas las mascotas que lo necesitaban. Mi vocación y mis ganas de ayudar influyó que Maribel Toledo de Cuarto Poder hiciera una nota sobre la labor que estaba haciendo en Pisco. En ese momento no lo sabía, pero la cámara me conquistó, porque pude comunicar mi mensaje de salvar vidas gracias al super poder que heredé de mi padre.
Mi padre fue mi primer referente, pude verlo trabajar y nutrirme de su experiencia. Para mí él era un super héroe por salvar vidas, siempre quise tener ese super poder de salvar vidas.
Ahora puedo confesarlo, pero de niño me daba vergüenza decir que mi padre era veterinario. Hoy me arrepiento de haber sido tan tonto.
Hoy quiero que mis hijos estén orgullos que yo sea Médico Veterinario y que pueda usar el super poder que me legó mi padre.
Gracias a él respire veterinaria toda mi vida. Ingresé a la San Marcos y pude ver de que trata esta hermosa carrera. Para mí no hay dudas que para evitar otra pandemia nosotros los Médicos Veterinarios tenemos que estar involucrados en el concepto de una salud, que ya expliqué.
Siempre persigo mis sueños y aprovecho las oportunidades que consigo con esfuerzo, pues estás no llegan solas. Así fue como conocí a mi segundo referente, al gran Médico Veterinario César Morales, organizador del Congreso Internacional Veterinario de León, el más grande congreso veterinario del mundo. Él acuño la frase que tanto uso: “Todos tenemos un super poder, el mío es ser Médico Veterinario”
Es así que seguí avanzando en mi carrera y poniéndome nuevas metas. Esta vez me propuse ser el mejor traumatólogo del mundo, un poco ambicioso, pero no imposible.
Lamentablemente para capacitarte en traumatología tenías que ir a Europa o a Estados Unidos, pero yo quería ver crecer a mi hijo que acababa de nacer y preferí quedarme en el Perú.
Pero no renuncié a mi sueño y la casuística para aprender en la práctica la traumatología estaba allí. En los perritos de la calle que son abandonados y muchas veces atropellados por gente que los deja allí sin preocuparse de dañar un ser vivo.
Es gracias a esta oportunidad creada que empecé a desarrollar implantes y otras cosas, empecé a crecer profesionalmente y mi sueño de ser el mejor traumatólogo continuaba.
Pero no quería quedarme solo en eso. La neurología se volvió un nuevo sueño. Entonces empecé a seguir a otro referente al extraordinario Bob Seltzer, quien fue mi modelo en este campo.
Hoy es una oportunidad de agradecer a mis referentes y quiero homenajear a cada uno de los nombrados por haber cimentado de diferentes maneras la persona y el profesional que soy ahora.
Sin embargo, esta hermosa carrera nos lleva a ver muchos momentos tristes y la gente no lo sabe, pero la depresión es una enfermedad que ataca mucho a los veterinarios. Uno de ellos fue mi maestro Bob Seltzer, quien un día decidió acabar con su vida.
Si no lo sabían uno de cada seis veterinarios han pensado en algún momento de su vida en suicidarse y ello debido a todo el sufrimiento que ven y a la frustración de no pueden curar a un paciente.
Eso nos lleva a estar emocionalmente cansados. Muchos piensan que no tenemos vocación cuando no es así. Ponemos todo de nuestra parte y a veces no podemos hacer más.
Les pido que sean más empáticos con nosotros. En nuestras manos tenemos acceso a la vida y a la muerte y aunque no lo crean somos muy sensibles ante cada perdida.
Así como nos alegramos cuando uno de nuestros pacientes se recupera nos entristece y sufrimos cuando ya no podemos hacer más
"I'm not good enough" - "No soy lo suficientemente bueno". Es el mantra de tantos equipos veterinarios.

Son las palabras que pasan por tu mente después de que no puedes salvar a un animal. Ya sea que el problema sea médico, financiero o de otra índole ... el mensaje es el mismo: he fallado.

Y cuando se lleva este peso, los otros factores estresantes de trabajar en una práctica veterinaria pueden sentirse insoportables. El idealismo brillante y apasionado de ser el protector y salvador de los animales se convierte en cenizas y la depresión comienza a apoderarse de su vida.

Not One More Vet, - NOMV (Ni un veterinario más) es un movimiento que apoya a los Médicos Veterinarios que están en crisis. Cada vez que veas esas iniciales es que alguien está siendo empático con un veterinario.

Recuerda que la vida te da oportunidades en base a tu esfuerzo, pero el secreto está en siempre agradecer.

Las oportunidades van madurando, no todas aparecen a la vez y no todas aparecen cuando tú quieres.

La actitud conque tomes estas oportunidades es muy importante, todos debemos pensar de lo grande que somos y de nuestra capacidad de hacer grandes cosas.

Cuando uno está desmotivado corre el riesgo de perder esas oportunidades y de ser grandioso.

Todas las personas increíbles tienen una forma de ser increíbles.
Todas las personas que son una mierda siempre encuentran la manera de ser una mierda.

Seamos increíbles, todos tenemos un super poder…
Créetela tú también
¡Gracia césar!
¡Gracias Bob!
¡Gracias viejito!

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