Los que tenemos un hijo peludo sabemos lo que es despertar gracias a los lametones en los pies, la cara o las manos. Para algunos puede ser desagradable o raro, pero se trata de una manera más de comunicación que nuestras mascotas utilizan para decirnos alto y claro “te quiero”.

El lamido de los perros indica el vínculo tan importante que tienes con él, pero ¿qué pasa cuando se convierte en algo excesivo? ¿podría convertirse en un problema?

El lamido de los perros
El lamido es un comportamiento innato. Los perros utilizan el lamido para muchas cosas: higiene personal, comunicación con el resto de los perros e incluso para comunicarse con nosotros, reforzando de esta manera el vínculo afectivo y emocional con el resto de su grupo.

¿Qué significa que un perro te lama los pies?
Nuestros pies huelen 100% a nosotros, a nuestro sudor y a las feromonas que desprendemos, por eso a nuestros perros les llama la atención esta parte de nuestro cuerpo, quieren lamer algo que huele a nosotros.

Para ellos no es un comportamiento asqueroso, se trata de algo totalmente natural y necesario, que puede significar varias cosas:

• Muestra de cariño: este suele ser el principal de los motivos, demostrar el afecto que nos tiene.
• Intenta llamar tu atención: puede que necesite algo como agua limpia, comida o salir a hacer sus necesidades.
• Tiene ansiedad: el lamido compulsivo, además de ser molesto, suele ser un signo de estrés o ansiedad al que debemos prestar atención.

¿Cómo evitar que tu perro te lama los pies?
Cuando esto se vuelve repetitivo el lamido de nuestro perro puede suponer un problema. No debemos molestarnos con él, ya que es una conducta natural que solo viene motivada por el cariño o las ganas de atención, además, muchas veces somos nosotros mismos los que hemos reforzado esa conducta que ahora queremos que deje de hacer. Por ejemplo, si siempre que venía a lamernos la pierna o los pies accedíamos a darle comida o sacarlo a la calle, el perro entendía que le funcionaba porque era algo bueno y continuará haciéndolo.

Para empezar a evitarlo, podemos retirar el pie e indicarle que no lo haga, dándole un refuerzo positivo cada vez que obedezca. También podemos utilizar un juguete para desviar su atención.

Desvía su atención: desviar la conducta del perro hacia otra actividad, puede ser una buena solución para desacostumbrar a tu peludo a este tipo de comportamiento.

Refuerzo positivo: el refuerzo positivo puede ser muy útil también para reeducar a tu perro. Nuestro consejo es que tengas a mano golosinas y que le premies cuando no te lama. De esta forma, entenderá que si no te lame recibirá premios.

Órdenes básicas: también puede ser de gran ayuda educar a tu perro en las órdenes de obediencia básicas. Esto facilitará que, por ejemplo, cuando le digas "no", deje de hacer lo que estaba haciendo.

Acude a un etólogo: si crees que los lamidos de tu perro se deben a un problema de ansiedad o de comportamiento mayores, te aconsejamos que busques ayuda de un profesional en comportamiento canino.

En cualquiera de los casos, la reeducación del perro se consigue siguiendo y respetando la regla de las 3 P: práctica, paciencia y perseverancia. El perro es un animal noble que cuando se le respeta y se le entrega tiempo aprende con una increíble facilidad y rapidez.

En general, que tu perro te lama los pies es algo que lleva en su naturaleza y que solo indica lo mucho que te quiere, pero debes asegurarte de que no se trata de una llamada de atención por algún posible problema.