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Foto del escritorPancho Cavero

PERROS CALLEJEROS, UNA DURA REALIDAD Y CÓMO AYUDAR

El vínculo de los humanos con los perros data de hace miles de años. Una relación que progresivamente se ha afianzado a tal punto que los perros se han convertido en los más fieles compañeros de los seres humanos.Lamentablemente, no todos los perros tienen propietarios responsables y por ello no tienen otro recurso que encontrar refugio en el entorno urbano, donde encuentran un espacio donde refugiarse y alimentarse, no sin pasar todo tipo de penurias (maltratos, enfermedades, hambre y atropellamientos, entre otras).


Los perros callejeros son aquellos que no tienen un hogar, o que perteneciendo a uno, pasan la totalidad o parte del día fuera de su casa, ya sea por la falta de los debidos cuidados de sus propietarios, abandono o por haber nacido en la calle.

En términos generales, la problemática de los perros en situación de calle, tiene que ver con factores socioeconómicos y culturales que tienen su origen en una insuficiente educación ciudadana y en una deficiente legislación sobre el tema.


Imposible no conmoverse con la situación extremadamente precaria de los perros que deben subsistir en las calles, víctimas del abandono, de un extravío o de la falta de medidas concretas respecto a la sobrepoblación callejera. Como personas conscientes y amantes de los animales, lo primero que viene a nuestra mente es cómo ayudar a los perros callejeros, para liberarlos de su sufrimiento diario y proporcionarles condiciones mínimamente dignas de vida.


¿Qué hacer si te encuentras un perro callejero?

Uno de los puntos clave para saber cómo ayudar a los perros callejeros es conocer las acciones que puedes tomar al encontrarte con un animal abandonado, perdido o lastimado. Lógicamente, el primer paso es sacar al perro (u otro animal) del ambiente y de las circunstancias nocivas en las que está inmerso. Y es necesario actuar con mucho cuidado en este punto, porque recoger a un animal callejero implica no sólo saber cómo acercarse, manipularlo y transportarlo correctamente, sino también asumir una serie de responsabilidades referentes a su bienestar.


Por ello, no todas las personas contarán con las condiciones idóneas para recoger a un perro callejero por sus propios medios, ya sea por la falta de recursos o infraestructura para llevar a cabo el rescate y transporte del animal, o por la imposibilidad de hacer que el perro “se deje rescatar”, es decir, permite que nos acerquemos lo suficiente y podamos manipularlo de manera segura para llevarlo con nosotros.


Si eres consciente de que tienes los recursos necesarios para realizar el rescate, ¡bienvenida sea esta noticia! Pero recuerda que este perro, muy probablemente, estará asustado, quizás débil o incluso lastimado, por lo que es perfectamente natural que pueda mostrar desconfianza o incluso adoptar una postura defensiva a tu intento de acercamiento. Por ello, lo primero que te convendrá hacer antes de acercarte es analizar la postura y el comportamiento del can que pretenden rescatar. Conociendo algunos parámetros básicos del lenguaje corporal canino, podrás percibir fácilmente las señales de miedo en los perros y las características típicas de una actitud defensiva, asociada a la agresividad por miedo.


¿Cómo saber si un perro tiene miedo?

Para ayudarte, resumimos a continuación los signos más evidentes que nos muestran que un perro tiene miedo, que puede reaccionar negativamente por sentirse amenazado o para alejar el individuo o estímulo que le genera molestias:


• Está asustado o tiene mucho miedo: esconde la cola entre las piernas, tiene las orejas echadas hacia atrás, se relaja y mantiene una postura encorvada.

• Muestra una actitud defensiva: tiene el pelo erizado y las extremidades rígidas, enseña los dientes, gruñe, emite “ladridos de alerta” rápidos y sin pausas.

• Señales de agresividad ofensiva: pelo erizado, hocico arrugado, cola hacia arriba, dientes y extremidades muy rígidas y tiesas. En este caso, los ladridos suelen ser más cortos y altos, expresando claramente que cierta situación provoca enfado, dolor o molestias al perro.


El perro se acercó, y ahora ¿qué hago para ayudarlo?

Cuando el perro se muestre más confiado y calmado con tu presencia, aprovecha para revisar si tiene una placa identificadora. Recuerda que algunos perros van a parar a las calles tras extraviarse de sus hogares, lo que significa que muy probablemente sus tutores lo están buscando. Generalmente, los perros extraviados suelen estar en condiciones visiblemente mejores que los abandonados o nacidos en las calles; probablemente, percibirás que parece bien alimentado y tiene el pelaje bien cuidado.


En caso de que el perro sí tenga la placa con el teléfono de su(s) tutor(es), puedes ponerte en contacto con ellos para informarles de la situación y darles la buena noticia de que has encontrado a su mejor amigo. Pero si ello no ocurre, el próximo paso sería acudir a una clínica veterinaria para verificar si se trata de un perro abandonado con chip de identificación. Este dispositivo contendrá los datos básicos del propietario, por lo que tanto tú como el/la veterinario/a podréis poneros en contacto con los tutores.


¿Cómo ayudar a los perros abandonados?

Tras haber rescatado a un perro callejero y confirmado que no tiene un tutor, es probable que sientas la voluntad de adoptarlo. Esta alternativa sería estupenda, no solo porque son muchas las ventajas de adoptar a un perro callejero, sino también porque las protectoras y refugios suelen tener llenas sus instalaciones debido al altísimo número de animales que son abandonados a cada año (y que, en su gran mayoría, son perros). Además, en algunas ciudades, sigue estando permitido el sacrificio de animales abandonados que no son adoptados dentro de un periodo de tiempo predeterminado.


Si tienes la posibilidad, puedes aprovechar la consulta al veterinario que ha realizado la lectura del chip para hacer una evaluación general del estado de salud del perro rescatado, o bien acudir a tu veterinario de confianza. Lo importante es saber qué tratamiento o cuidados resultan necesarios para recuperar o preservar su bienestar. También es una buena oportunidad para dar inicio a su plan de vacunación y desparasitaciones, para evitar que su salud y su comportamiento puedan verse afectados por cualquier enfermedad o parásitos internos y externos.


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