Escrtito por Luciana Lama Marquina


El abandono animal es una de las caras más crudas de la indiferencia humana. Cada año, millones de animales son dejados a su suerte en las calles, donde enfrentan hambre, enfermedades y maltrato. Esta es una problemática significativa en Perú, especialmente en Lima, donde se estima que alrededor de 4 millones de perros viven en situación de calle. Este problema no solo refleja una falta de empatía, sino también una grave irresponsabilidad social que afecta tanto a los animales como a las propias personas.
Es muy común que las familias adopten o compren una mascota para la felicidad de sus hijos y tomen la decisión de una manera impulsiva y poco precavida, sin considerar el compromiso a largo plazo que implica. Los animales necesitan cuidado, tiempo y recursos; sin embargo, muchas personas les restan importancia cuando dejan de ser “pequeños” o “bonitos”.
En la sociedad, el aumento de animales callejeros genera problemas de salud pública, como la propagación de enfermedades. Además, se convierte en un tema de seguridad, pues animales desprotegidos pueden comportarse de manera agresiva por miedo o hambre. La solución no radica en culpar a los animales, sino en abordar el problema desde la raíz.
El Ministerio del Interior reportó 386 denuncias por maltrato animal en 2024, y en los primeros 27 días de 2025 ya se habían registrado 50 nuevos casos. En un reciente operativo se rescataron animales vendidos ilegalmente en condiciones deplorables, mientras expertos y activistas hacen un llamado a la adopción RESPONSABLE y a la denuncia para frenar el tráfico y abuso animal.
Para combatir este problema, sería necesario fomentar la adopción responsable y concientizar a las personas sobre la importancia de la estetización de sus mascotas para evitar camadas no deseadas. Asimismo, las instituciones tienen un rol FUNDAMENTAL la cual podría ser implementar políticas más estrictas contra el maltrato animal.
Nosotros somos el cambio, con pequeñas acciones podemos mejorar como sociedad. Adoptar en lugar de comprar, apoyar a refugios locales o simplemente denunciar casos de abandono son formas en las que todos podemos contribuir. Los animales no tienen voz, pero su sufrimiento es evidente; depende de nosotros ser su apoyo y protegerlos.
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