Escrito por Frida Guzmán


Si se trata de tendencias en moda que sean muy exóticas y exuberantes, las especies peludas que se puedan encontrar toman el protagónico de mina de oro dentro de la industria de la moda y de la industria peletera, ¿dónde están los animalistas?
El gran uso y negocio de las pieles de animales en favor de la producción de vestimentas ha sido un tema controversial en los últimos años, y no está de más decir y recalcar que las redes sociales han cumplido un rol fundamental de espejos, donde la opulencia y exclusividad que cierto sector poblacional del planeta puede gozar, desconociendo los perjuicios que se ocasionan en los hábitat de estos animales y por supuesto con la pérdida de vida de los mismos.
Es relevante que los consumidores más jóvenes, o aquellos que nos avecinamos al mundo de las compras, podamos invertir en ropa de calidad, teniendo la plena consciencia que detrás de una satisfacción material hay firmas comprometidas que ostentan ética de respeto con los animales y el medioambiente.
¿Gran movimiento en fiestas por las compras? Nada comparado con el movimiento industria peletera continua moviendo al año unos 30 mil millones de dólares, más del doble que hace 10 años. Según datos de la Spanish Fur Association (SFA), el 70% de la producción mundial tiene lugar en China, seguida por Corea, Rusia, Estados Unidos y Europa. El continente europeo siendo pionero en la cría de animales con fines peleteros al contar con aproximadamente 5 mil granjas en las que producen hasta 42 millones de pieles al año. Asimismo, en China asesinan 125 millones de conejos como también 45 millones entre visones, zorros y mapaches, con el objetivo de proveer a fábricas textiles y clientes de todo el mundo en Unión Europea la cifra ronda los 32 millones al año.
¿Cómo es la actitud peruana frente a esta problemática global? Claramente indiferente, si desde hace años que los mandatarios no hacen más que beneficiar a los suyos, dejando de lado aquello que verdaderamente nos hace ser Perú, con mucha biodiversidad que se encuentra en desgracia por la desprotección de las autoridades.
Por otro lado, la organización iberoamericana por la defensa de los derechos de los animales, AnimaNaturalis, en uno de sus artículos, destaca de manera apenada el sufrimiento innecesario de las especies, la manipulación genética, como también la introducción de especies exóticas, además de la posible escasez de sus recursos debido a la crianza y sus cuidados alimentarios.
La excusa de necesitar pieles de animales está presente, pero, ¿cómo la insensibilización por la naturaleza se normalizó al basar la moda en ostentación? Si bien es cierto, en la antigüedad era cotidiano pero no se puede justificar un consumismo de biodiversidad. Ahora toca esperar cuánta gente con carencia de empatía medioambiental adquirirá esos bienes durante estas fiestas.
Es execrable el saber que detrás de una ropa ‘’de lujo’’ están las palabras matanza, sangre,
indiferencia y ambiciones económicas, ¿ese es el lujo del que presumen?
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